El fin de semana pasado tuvimos a mamá y a Maite en casa. Fue un placer enseñarles la ciudad, más o menos, nuestro piso y modo de vida, y poder ver a mi hermana antes de que se mude a Suecia. Quién sabe cuánto tiempo pasará antes de verla en persona... Caminamos, vimos mercadillos, cogimos el metro, volvimos a caminar, hizo frío, nos apretujamos en el metro otra vez, seguimos caminando y vimos más mercadillos, aparte de degustar las delikatessen bávaras tipo Schweinbraten, Knödl, Käsespätzle, Glühwein, Plätzchen... cuantas más diéresis, mejor. Mamá, espero que tu afonía y tu rodilla no se hayan resentido.
El sábado y el domingo, en Skype.
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Marienplatz, ese sitio que hay grabado en el comedor de Carlos III |
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tormentón de repente |
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ya llegó la nieve |
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Nymphenburg Schloss |
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en Marienplatz otra vez |
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