Herbst ist schon hier

Ha pasado el Oktoberfest (acabó el día 3) y con ello la ciudad ha vuelto a ser lo que es siempre. Me confirmaron para un trabajo en Barcelona el día 10, pero tenía que volar el 6 para una reunión. Francesca y yo habíamos comprado unos billetes del 16 al 19 de octubre y como hubo cambios de fechas en ese trabajo, tuve que quedarme 2 semanas, aprovechando la vuelta con Francesca. La sorpresa al facturar las maletas: 

- Usted no tiene plaza en este vuelo
- ¿Y eso?
- Como no usó el vuelo de ida se entiende que no puede volver de donde no ha ido.
- Ah, perfecto
- Política de Lufthansa.
- Bien, ¿qué hay que hacer?
- Vaya al mostrador a ver qué solución le dan, pero dese prisa porque cierran en 3 minutos.
...
- Hola, me ha pasado esto
- Sí, lo que puedo ofrecerle es un billete de ida a Munich, pero nuestra compañía no vende billetes sencillos en turista, déjeme calcular cuánto ha de pagar. Restando los 70€ del trayecto que pagó... mire, son 500, euro arriba, euro abajo. Si quiere puede preguntar en Spanair, que opera este vuelo.

En Spanair pagué 244€ para un trayecto que ya tenía desde agosto (pero cuyo importe no devuelven), por culpa de algún jefecillo de Bayer que cambió todo de fechas pero ni estuvo en la reunión previa, ni tampoco en la sesión de fotos. ¡Bravo!

Bueno, tomas aire y te relajas, ya que no te queda otra. Al menos puedo reclamar algo más en la factura, pero no todo el jaleo que ha supuesto el capricho del individuo en cuestión.

Ahora en Munich hay un rango de temperaturas que va de los -2ºC de mínima a los 8-9ºC de máxima. ¡Y porque hace sol! El viernes saqué a pasear a Wagner a las 9 de la mañana y donde los árboles hacían sombra la hierba estaba blanca. La gente ya viste abrigos, bufandas y gorros y esto es sólo el principio: de momento no hace realmente frío. Después de haber vivido casi 5 años en un piso de gracia donde la calefacción central era considerada lujo asiático, se agradece llegar a casa y que la calefacción esté puesta, y esa sensación de que te ardan las orejas. Además, como está incluida en el precio del alquiler, no hay que preocuparse por nada.

Al día siguiente de llegar de Barcelona tuve mi primera clase de alemán en la Volkshochschule... el nivel no es para tirar cohetes, pero es pronto para juzgar. Después fui corriendo a devolver la cámara que me habían dejado en Sauter y me llevaron a un despacho donde se disculparon por todo lo sucedido y se aseguraron de que no tuviese una mala imagen de su negocio. Se ofrecieron a hacerme alguna buena oferta para comprarles una cámara, pero cuando les dije que ya me había comprado una en Barcelona la sonrisa se convirtió en cara de poker, y cuando les dije el precio, de poker verde. Eso sí, parecían no creerse que la cámara es nueva y tiene garantía europea de 2 años. Que cada palo aguante su vela. Cuando les insinué que seguramente iría a la OCU alemana se apresuraron a decirme que no pierda el tiempo. En fin, no creo que nadie asuma la reparación del estropicio que me hicieron ni que aparezca el responsable, pero aquella cámara estaba más que amortizada y pronto no iba a dar más que problemas.

Ahora toca reanudar la búsqueda de contactos, concertar entrevistas y preparar sesiones de fotos. La cosa empieza a moverse y hay alguna cosilla buena en ciernes. Bien! La noche que llegamos había una carta de la KSK en el buzón: me han aceptado, de manera que pasaré a pagar bastante menos al mes por el seguro. Bien!
Hoy Francesca ha cocinado un exquisito risotto de calabaza y panceta digno de estrella Michelin. Cuando pienso que este martes tomábamos gazpacho en casa de mamá e íbamos en manga corta.....

Y ahora, fotos de hojas por el suelo







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