Capítulo II - dándole forma al piso


Nos costó mucho encontrar un piso en el que admitieran un perro más grande que un yorkie. Una vez que Francesca consiguió el super-pisito, insistiendo lo suyo sin siquiera haberlo visto, nos pusimos a preparar la mudanza. Han sido unas 3 semanas agotadoras.
Eso sí, el piso es parte de una especie de urbanización, un ático (sin ascensor, para no perder la costumbre), con jardín detrás (hemos visto conejos) y el metro a una manzana.

Jardín trasero. Nuestro edificio es igual que ese, y nuestro piso es como las ventanitas que se ven arriba.
En Alemania todo el mundo tiene su apellido en la puerta y en el portero automático (tenemos un vecino llamado Beer y otro llamado Troll).
Enviamos desde Barcelona 11 cajas con cosas (sobre todo ropa, cacharros de cocina, libros y CDs). Tenían que llegar el martes 31, junto con lo de Ikea, pero resulta que, si bien en Barcelona nos habían llamado para ponernos de acuerdo con la recogida y cumplieron, en Munich llegaron un día antes y sin previo aviso mientras no estábamos en casa, de manera que lo dejaron en una oficina de paquetería en nuestra misma calle.... a unos 400m de casa. 300 kilos. Tuvimos que pedir un coche prestado para mover eso.


Una vez todas las cajas y todo lo de Ikea estaba en casa, hemos estado montando muebles una semana más o menos, siguiendo los horarios de tranquilidad prescritos en la comunidad, que firmamos junto con el contrato de alquiler: de 8 a 12 y de 15 a 18.
El problema con la cocina: el piso sigue las aguas del tejado y el espacio destinado a la nevera, en vez de dejarlo donde el techo es más alto, lo han puesto donde es más bajo (¿ingeniería alemana?). Nos ha costado un poco encontrar una nevera que cupiera en ese espacio, y el hueco para la lavadora es demasiado bajo (está pensado para poner ahí el lavaplatos); como no queríamos la lavadora en el lavabo buscamos y por fin encontramos una cuya tapa superior se puede quitar, cabiendo exactamente donde queríamos.
Bueeeeno. Nevera OK, lavadora OK.
Seguimos con detallitos pero la casa ya es bastante casa. Después de esto, puedo decir que un taladro-atornillador con un buen surtido de puntas es el mejor amigo del hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario