Ir en metro


... o transporte público en general.
En Barcelona estamos acostumbrados a que las líneas de metro tienen un inicio y un fin. Aquí no: existen, pero muchas veces los trenes (ignoro la razón, de verdad) no llegan hasta el final y vete a saber adónde van luego. Si, por ejemplo, la línea que pasa por al lado de nuestra casa es la U6 ("U" de untergrund) y ésta -teóricamente- va de Garching-Forschungszentrum a Klinikum Großhadern, a veces no llega hasta la parada final y ya tienes que saber en qué dirección va y si tu parada está en ese recorrido. Imaginaos que llega un tren de la L3 que, en vez de llegar hasta Zona Universitaria, se queda en Espanya y hay que bajarse y esperar al siguiente, porque quieres llegar, por ejemplo, a Les Corts. Además, para complicárselo aún más a los foráneos, en algunas estaciones pasan varias líneas por la misma vía (en la misma dirección, eso sí, no vaya a haber un accidente).
Otra cosa que me llama la atención es que además hay que tener en cuenta la longitud de los trenes: normalmente son de 6 vagones (representados por los 3 de la foto), pero a veces llega un kurzzug (o "tren corto") y tienes que saber dónde estar del andén (lo indican unas señales en las vías) porque igual lo pierdes, aunque más que representar un problema, es una chorrada que tampoco entiendo.
Muchos son trenes antiguos (de los años... 60-70?) y el conductor dice, en cada parada, "bitte zurück bleiben" ("por favor manténganse atrás") antes de cerrar las puertas, así como anunciar la siguiente parada y si tiene correspondencia con otra línea. Cada uno tiene su estilo.


Otro punto importante a destacar son las tarifas: el transporte público es bastante caro y hay mil opciones de tarifas (con más de un perro, con bicicleta, por ring o zonas, de grupo, de pareja, por horarios....): ES UN LÍO, con el añadido de que las máquinas que venden los billetes están, básicamente, en alemán. Hay una opción de selección de idioma, pero creo que sólo traduce la palabra "pagar".
Lo primero que se encuentra un visitante es que "no hay" que pagar: no hay barreras ni torniquetes de acceso a los andenes. Basta con bajar y coger el metro, pero hay implacables revisores y, aunque no los haya visto aún, se cuentan muchas historias de avistamientos.
En Munich también hay tranvía, pero no como en Barcelona, sino una red con sus años que te permite llegar adonde no llega el metro. En general está bastante bien montado. Cuando compras un abono (diario, mensual...) puedes usarlo indistintamente para subirte al metro, tram y bus (al que por cierto subes en cualquier puerta, excepto después de las 21.00 que ha de ser por la del conductor). Para coger el S-Bahn (de schnellbahn o "tren rápido") no hay que comprar un billete diferente, a no ser que te salgas de las zonas (rings) que pagaste en tu billete o abono. Éstos son los que salen de la ciudad pero también van por el centro (tipo FGC).
Todos estos medios de transporte tienen una frecuencia (y puntualidad) de hierro: cada 10 minutos casi todo el día, con menos frecuencia en las horas menos transitadas. Un detalle: he chupado bastante metro y nunca he visto ni cucarachas ni ratas, como en otras ciudades. Tampoco hay ardillas o vacas, eso sí.

Resumiendo, que es un jaleo pero funciona muy bien.

1 comentario:

  1. Pues imagínate como será el sistema de impuesto ;)
    Franci

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