Excursión


Francesca tenía el lunes libre y aprovechamos para ir a visitar el Hundehotel ("hotel para perros") donde vamos a dejar a Wagner en julio, los días que estemos ella en Siena y yo en Barcelona. Tuvimos que alquilar un coche para ir a visitarles y presentarnos, requisito indispensable para que acepten a tu mascota (........); este sitio está a 40 km de Munich y es tipo Can Jané (para los que sepan de qué hablamos), aunque me parece que con menos terreno y actividades.

Después de hacer esta foto me indicaron (en alemán cerrado, me parece) que no estaba permitido hacer fotos porque algunos huéspedes pertenecen a grandes personalidades: Wagner se codeará con la flor y nata perruna del sur de Alemania
Una vez visitado el sitio y hechas las presentaciones, aprovechamos el día y el coche para visitar unos cuantos de los muchos lagos que hay por ahí. Empezamos visitando el Ammersee, a 20 km del hundehotel.


Con los 30º que caían a uno se le olvidaba que vivimos en Munich y que era lunes.






... todo muy tranquilo, ordenado.... alemán. Los lagos están llenos de muelles donde la gente se tumba, amarra su barca y se relaja. La zona de los lagos es de alto poder adquisitivo y mucha gente, sencillamente, pasa el día porque no tiene que trabajar, en sus casitas "de fin de semana" con el muelle directo al agua. Aquí no hay terrazas con Cadena Dial a todo trapo y en vez de pescaíto frito y sangría sirven, por ejemplo, currywurst y cerveza (ligerito, para tumbarse al sol o bañarse después). Aquí no hay playa (vaya, vaya) pero ni falta que hace.
La siguiente parada fue el Wörthsee, bastante grande también y con la misma filosofía. Ahí hicimos una parada técnica para comer... en un biergarten direkt am see ("see" es "lago").



"no sé, yo tengo hambre... lo que sea estará bien"



Insisto en lo de la ausencia de ruido

Con las pilas cargadas fuimos a por el coche y a ver el Maisingersee (nada que ver con Mazinger Z), pequeño y coqueto, rodeado, como todos, de campos verdes y bosques de... no sé cómo se llaman estos árboles pero es un espectáculo, son de cuento de los Hermanos Grimm. En invierno el lago se hiela y la gente patina, si las autoridades no indican lo contrario.












Conducir en Alemania tiene dos vertientes: por un lado vas algo más tranquilo, es verdad, porque la gente parece ser en general más responsable y tal, pero cuando entras en una zona sin límite de velocidad más te vale mantenerte a la derecha. Por cierto, me hace mucha gracia el pueblo llamado Pfaffenhofen.

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